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Club CISO

Red digital futurista con el número 2026 y conexiones de datos. Representa las prioridades de ciberseguridad CISO para la estrategia de negocio y riesgos digitales.

Prioridades estratégicas y riesgos estructurales para la agenda de ciberseguridad 2026

El cierre del año impone la revisión del nivel de resiliencia real alcanzado y la definición de un nuevo ciclo estratégico. El panorama de la ciberseguridad evoluciona a una velocidad sin precedentes, marcado por la hibridación de ecosistemas, la intensificación regulatoria (como NIS2) y una capacidad ofensiva de los atacantes potenciada por nuevas herramientas. Para 2026, el rol del CISO se consolida como un ejecutivo estratégico responsable del ecosistema de riesgos digitales, trascendiendo el rol de especialista técnico. La ciberseguridad es, ahora, una decisión de negocio y una palanca crítica para la resiliencia empresarial.

A continuación, se describen las cinco tendencias estructurales y los riesgos integrados que dominarán la agenda de la alta dirección en 2026 y los años venideros.

I. Inteligencia artificial y la transformación del riesgo

La Inteligencia Artificial (IA) es un catalizador que redefine el riesgo, manifestándose en tres dimensiones críticas.

La IA reduce la brecha de habilidades de los atacantes, impulsando ataques más sofisticados, malware adaptable y campañas de phishing hiperpersonalizado.

En la defensa, la IA se convierte en una fuerza defensiva esencial para el Centro de Operaciones de Seguridad (SOC) aumentado y la detección proactiva. Gartner predice que para 2030, el 50% de los presupuestos de ciberseguridad se destinará a soluciones preventivas.

Riesgo Integrado: Agentes en la Sombra (Shadow Agents).

La proliferación de agentes de IA capaces de ejecutar acciones autónomas introduce una nueva frontera de riesgo: los shadow agents. Estos son automatizaciones creadas por empleados o equipos de negocio sin la supervisión de Seguridad. Este es un desafío explosivo que exige gobernanza inmediata La mitigación estratégica requiere políticas de uso seguro, plataformas internas gobernadas con sandboxing, e integración con la gestión de identidad y acceso (IAM).

II. La identidad como eje de la confianza continua

La identidad se consolida como el perímetro de seguridad esencial en entornos híbridos y de SaaS masivo. La transformación a Confianza Cero (Zero Trust) depende completamente de IAM para aplicar políticas y verificar continuamente la identidad y el estado del dispositivo. Para 2026, IAM será más inteligente y dinámico.

Las prioridades estratégicas se centran en:

  1. La generalización de la autenticación sin contraseña (basada en biométricos o FIDO2) como un requisito fundamental para la seguridad empresarial, cerrando una de las mayores brechas.
  2. El Acceso Justo a Tiempo (JIT) y la Gestión de Acceso Privilegiado (PAM) de última generación, garantizando el mínimo privilegio por defecto.
  3. La integración de IAM impulsada por IA para la autenticación adaptativa basada en riesgos.
  4. El Cierre de Sesión Único (SSO-off) para garantizar que todas las aplicaciones y servicios cierren las puertas al mismo tiempo, eliminando los riesgos de la explosión de sesiones no cerradas.
III. El vector crítico de la cadena de suministro

La resiliencia corporativa es tan fuerte como el proveedor más débil que tenga acceso al ecosistema digital. Los ataques a proveedores y a la cadena de suministro continúan creciendo en volumen e impacto.

La Directiva NIS2 establece que la seguridad de la cadena de suministro es una de las novedades más relevantes. Aunque NIS2 no convierte a los proveedores en sujetos obligados, impone a la entidad esencial o importante la obligación de exigir requisitos contractuales de seguridad a sus terceros. La estrategia de seguridad requiere la realización de evaluaciones continuas y dinámicas de los terceros críticos.

IV. Ola regulatoria, cumplimiento y criptografía avanzada

El marco normativo se endurece, con el cumplimiento regulatorio y la gestión del riesgo asociado a la IA como focos principales de las organizaciones en 2026.

La Directiva NIS2 es un pilar central, estableciendo un marco jurídico unificado para mejorar la resiliencia en 18 sectores. NIS2 introduce la responsabilidad explícita de los órganos de dirección, que deben aprobar medidas de seguridad y responder por incumplimientos, con sanciones que pueden alcanzar los 10 millones de euros o el 2% de la facturación global.

Riesgo Estructural: Transición a Criptografía Postcuántica (PQC)

Aunque la computación cuántica aún no amenaza directamente la criptografía actual, el riesgo de “recolectar ahora, descifrar después” (harvest now, decrypt later) es real, ya que actores avanzados recopilan datos cifrados hoy para descifrarlos en el futuro. La migración criptográfica es inevitable y un proceso largo (puede durar años). Las acciones estratégicas incluyen un inventario exhaustivo del uso de criptografía y un roadmap de migración hacia algoritmos postcuánticos estandarizados.

V. Convergencia IT/OT y resiliencia operacional

La digitalización de las operaciones industriales conecta los entornos de Tecnologías de la Información (IT) y Tecnologías de la Operación (OT), ampliando la superficie de ataque en infraestructuras críticas. Los ataques a entornos OT han evolucionado para ser persistentes, silenciosos y dirigidos a causar un impacto operativo directo.

La estrategia requiere avanzar de la reacción a la anticipación, adoptando la Confianza Cero Industrial, SOC híbridos con visibilidad OT, y el refuerzo de la ciberresiliencia y la continuidad de negocio.

Imperativos Estratégicos para el Liderazgo en Ciberseguridad.

El ecosistema de riesgos conformado por la IA, las identidades, la regulación, los proveedores y el riesgo cuántico exige que el CISO deje de gestionar la seguridad solo como un control y empiece a posicionarla como un habilitador de crecimiento y agilidad ante el negocio. Esto implica traducir el ciberriesgo a métricas que midan el impacto en la operación, la experiencia del cliente y los ingresos.

Las organizaciones que deseen garantizar la estabilidad y la confianza digital en los próximos años deben enfocarse en la prevención, la resiliencia y la formación especializada:

  • Gobernar la IA: Establecer marcos sólidos de gobernanza y gestión del riesgo asociado a la IA, no solo para adoptarla, sino para mitigar la explosión de automatizaciones invisibles.
  • Priorizar la identidad: Integrar la seguridad desde la identidad, aplicando el modelo Zero Trust de autenticación continua y el mínimo privilegio mediante JIT.
  • Anticipar el cumplimiento: Colaborar estrechamente con la alta dirección para implementar marcos regulatorios (NIS2) y afrontar la complejidad normativa.
  • Gestión del talento y automatización: La escasez de talento especializado continúa siendo un obstáculo, lo que obliga a la inversión en herramientas de IA y automatización para cerrar las brechas de capacidad, y a considerar servicios gestionados como aceleradores estratégicos.
  • Prepararse para el cuántico: Es crucial iniciar los roadmaps de migración de criptografía hoy para evitar la exposición futura de datos sensibles al riesgo harvest now, decrypt later.

En un mundo donde la complejidad crece de forma exponencial, la anticipación estratégica es la única forma de garantizar la resiliencia.

 

Mónica de la Huerga

Govertis, parte de Telefónica Tech